Comentario
Quizás el punto más alto en la escultura catalana se alcanza con Pere Johan, irregular en su producción, pero con un momento único en el bancal del retablo mayor de la catedral de Tarragona. Era hijo de Jordi de Deu, antiguo esclavo de Cascalis y colaborador suyo, independiente más tarde y con un volumen de obra contratado que no corresponde en calidad con las expectativas que su éxito permitían abrigar. Su hermano, el desconocido Antoni, también fue escultor. Joven, trabaja en la fachada de la Generalitat de Barcelona, con un san Jorge y varias figuras menores. Pero su gran empeño viene de la mano de uno de los más grandes promotores artísticos de la Edad Media hispana: Dalmau de Mur. En 1429 está ya comprometido por él. Primero se concibe un amplio bancal con relieves de la vida de Santa Tecla, santa oscura, pero con antiguo culto en la ciudad. Con él se alcanza el punto culminante de la escultura catalana. Las composiciones son abigarradas. Los personajes se inclinan, incurvan y retuercen, en formas de delicada caligrafía, arabesco figurativo, que enlaza con el internacional en su vertiente más expresionista. La talla del alabastro llega a refinamientos en la obtención de extraordinarias calidades táctiles, en la diferenciación entre carnaciones, telas, paisaje, agua o fuego. La frágil Tecla de cuerpo andrógino sufre los mayores horrores, sin descomponer su gesto angélico. La capacidad de caracterizar diversas personalidades y el nivel alcanzado en la descripción formal de cabezas laceradas por el fuego, llega a una sutileza en la manipulación de la materia prima, el alabastro, raramente alcanzada en cualquier lugar.Sin embargo, el final no es enteramente feliz. Ramón de Mur es nombrado arzobispo de Zaragoza y pronto reclama al artista que aún no ha terminado su trabajo en Tarragona. La situación se complica. Johan termina el retablo iniciado con ayuda de su taller. Son relieves interesantes, remarcando un expresionismo ya implícito antes, pero jamás se alcanza la exquisitez del modelado anterior. El trabajo que le reclama en Zaragoza es también otro retablo mayor para la Seo. Una vez más se concentra en el bancal. Es lo que más se aproxima a la historia de Santa Tecla, sin alcanzarlo. Todavía se exaspera más el expresionismo deformante. Al tiempo acepta otros encargos interesantes, hasta el punto que Pere Johan ha de considerarse indistintamente como artista de Cataluña y Aragón.
En otras zonas del Principado aparece Pierre de Saint-Jean, llamado aquí Pere de Sant Joan. Es dudoso que realizara la notable fachada de la fallida catedral de Castelló de Ampurias. Lo vemos luego en Mallorca. En la isla asistimos a un momento importante artístico. La obra de la catedral continúa con un empuje y dimensiones extraordinarias. La puerta del Mirador, en el lado sur y mirando al mar, es el conjunto más ambicioso. Muchos artistas pasan por ella. El más interesante podría ser el gran Guillem Sagrera, gran arquitecto y buen escultor. Algunas figuras de santos revelan el conocimiento, no sabemos si directo, de los ambientes borgoñones herederos de Sluter. El ángel de la entrada principal de la Lonja es menos duro y monumental y lo más interesante entre las esculturas que lleva a cabo para este edificio.